Los dos hombres fundamentales de la economía cubana, Carlos Lage y José Luis Rodríguez, fueron relevados de sus cargos como Secretario del Consejo de Ministros (Lage) y ministro de Economía y vicepresidente (Rodríguez).
Ambos fueron llamados por Fidel a principios de los 90 para diseñar y aplicar las reformas que permitieron enfrentar la aguda crisis, denominada oficialmente "Período Especial", que provocó la desaparición de la Unión Soviética.
Para sustituir a Lage, Raúl Castro nombró a un general poco conocido, José Ricardo, pero sin "facultades de decisión" ni "protagonismo" oficial, mientras que Rodríguez fue suplantado por Marino Murillo, quien fue el número dos en Economía y ahora se desempeñaba como ministro de Comercio Interior.
Junto a Lage y Rodríguez, cambiaron los ministros de Comercio Exterior, Finanzas, Pesca, Sideromecánica y Trabajo, sin contar que unos pocos meses antes fue sustituida la encargada de Inversión Extranjera y Colaboración.
El presidente cubano, Raúl Castro, afirmó esta semana su autoridad reestructurando el gabinete que heredó hace un año de su convaleciente hermano Fidel, colocando a sus propios hombres en puestos claves, dijeron analistas.
Pero los expertos no logran todavía descifrar la lógica detrás de algunos de los cambios.
El presidente, un general de 77 años, puso también a más militares en su gabinete.
"Los militares siguen ganando influencia como lo han hecho gradualmente pero de forma sostenida desde que Raúl tomó las riendas del país en el 2006", dijo Bert Hoffmann, un experto en Latinoamérica del German Institute of Global and Area Studies en Hamburgo.
El Gobierno dijo que las movida de piezas del lunes era sólo el comienzo de un proceso para hacer más compacto y a la vez eficiente el Estado socialista, cuyas riendas heredó hace más de dos años y medio con la enfermedad de su hermano Fidel.
La reestructuración no tomó a nadie por sorpresa. Castro habló de ella desde que asumió formalmente la presidencia hace un año.
Por su parte, Fidel Castro, de 82 años de edad, afirmó que "no se ha cometido injusticia alguna con determinados cuadros" y señaló que "ninguno de los dos mencionados por los cables (de agencias noticiosas) como más afectados, pronunció una palabra para expresar inconformidad alguna".En aparente referencia, sin citar nombres, al destituido secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, Carlos Lage, y al ex canciller Felipe Pérez Roque, apuntó que "no era en absoluto ausencia de valor personal" la ausencia de queja de los afectados.
"La razón era otra. La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno. El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos", escribió Castro en su artículo titulado "Cambios sanos en el Consejo de Ministros" y divulgado en el sitio digital oficial cubadebate.cu.
Castro desestimó los rumores "sobre la sustitución de los "hombres de Fidel" por los "hombres de Raúl".
Explicó que los nuevos ministros que acaban de nombrarse "fueron consultados conmigo, a pesar de que ninguna norma obligaba a los que los propusieron, a esa conducta, ya que renuncié hace rato a las prerrogativas del poder".
Bueno, en lo que se aclaran las aguas en la isla, aquí se les comparte música, buena desde luego, sobre la Revolución Cubana, obviamente con los ritmos de aquellos lares.
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