LA MÚSICA DEL CORAZÓN. Lunes 28 de noviembre del 2011.
La Marcha de las Calaveras; la Psicomagia para la Paz.
Cuauhtémoc Rivera Godínez
Son las 10.45 de la mañana del domingo 27 de noviembre, una multitud de jóvenes, jóvenas, niños, hombre y mujeres caminamos por avenida Insurgentes Sur en la Ciudad de México.
A la altura del cruce de esta avenida con la calle de Luz Saviñón veo a un hombre vestido de blanco que va de la mano de su pequeña hija, quien a su vez, toma con su otra mano a su mamá. Los tres van de blanco y con su rostro maquillado de calavera. Los tres calzan huaraches y van en silencio dialogando entre ellas.
El hombre lleva un morral en su hombro izquierdo y constantemente mete su mano en el interior de este y extrae semillas que va esparciendo suavemente, como si fuera en cámara lenta. Me acerco a él y le pregunto con respeto ¿Por qué esparces arroz?, y él me responde
“No es arroz, es amaranto, y con él en México hacemos un dulce que se llama “Alegría” y vamos esparciendo amaranto por las calles porque queremos que regrese la alegría a nuestra ciudad, es un acto espiritual, mágico”
Un chavo se acerca y le inquiere ¿Puedo tomar un poco y esparcirlo?. Sí, claro, le contesta la calavera de blanco. El chavo mete la mano, saca un poco de amaranto y lo esparce con amor. El hombre del morral le dice; “Métele mucha imaginación, mucho amor”. Todos nos miramos y sonreímos. Es la caminata de la Psicomagía para la paz.
A las nueve horas iniciaron la caminata las y los primeros, arrancando del estadio de la Ciudad Universitaria. La mañana es sumamente fría y nublada. A las 10 de la mañana Cuate, María, Mariana, Ricardo y yo nos incorporamos en Insurgentes y Barranca del Muerto. La invitación a este evento la hizo Alejandro Jodorowsky días antes con la finalidad de realizar un acto de Psicomagía por la paz, para ayudar a parar esta guerra en contra de la sociedad mexicana, para ayudar a que los más de 50 mil muertos y 10 mil desaparecidos en actos de violencia criminal encuentren la luz de la tranquilidad y su energía no esté penando en este mundo, y para que nuestra comunión en este acto de Psicomagia nos ayude a parar esta guerra que tanto sufrimiento y dolor está causando.
En el trayecto muchos gritaron consignas contra la guerra, contra la política de Felipe Calderón, muchos palmeaban sus manos siguiendo el ritmo del pandero que durante horas acompañó nuestro paso, muchos hablaban en voz baja y otros dialogaban en silencio.
En este trayecto me encontré con un joven de nombre David. Él me platicó de la Psicomagia y de su abuela. Ella es de Chile, llegó a México cuando el golpe militar de Pinochet y su abuelo le dijo un día “Tienes que conocer a Jodorowsky, es un gran maestro, échale un ojo”, y entonces ella fue a verlo y tomó clases con Alejandro. “Ahora mi abuela me dijo “Tienes que conocer a Jodorowsky, échale un ojo”, y aquí estoy” me dice el chavo muy emocionado y con su rostro maquillado de blanco con grandes ojeras negras.
¿Y Jodorowsky por qué no está en esta caminata? Le pregunto y él me dice “Nos encontrará en el Palacio de Bellas Artes, y de ahí nos iremos a la Plaza de Garibaldi”.
A las 12.15 horas llega la caminata a Bellas Artes, durante una hora y veinte minutos esperamos al psicomago...