La represión contra el pueblo hondureño se recrudece.

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A partir de un mensaje, o de pura coincidencia, que lanzó el presidente depuesto Manuel Zelaya pidiendo mantener la resistencia civil y que se movilicen el lunes 28 (a los 3 meses del golpe), los militares y políticos golpistas hondureños recrudecieron la represión contra el pueblo en resistencia y contra los medios de comunicación (ya muy contados) que no se alinean a su sus intereses.

Este domingo 27 de septiembre se conoció un documento que es un Decreto y que posiblemente en algunas horas será dado a conocer por los golpistas, el cual dejaría -oficialmente- sin valor alguno los derechos constitucionales (en otras palabras: no existirá validez -oficialmente- de ningún derecho humano). El establecimiento -oficialmente- del Estado de Sitio, parece ser cuestión de horas. Por otra parte, van en aumento las detenciones, así como los muertos de la resistencia popular.

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Este momento de recrudecimiento de la violencia contra el pueblo hondureño, algunos analistas lo consideran como el preámbulo de la caída de los golpistas; sin embargo, otra lectura puede ser que se inicia un periodo de mayor represión que abriría una nueva realidad: todas las posibilidades de diálogo y salida política quedarían anuladas por un tiempo indefinido y prolongado, dejando a la lucha civil y pacifica del pueblo hondureño sin perspectivas de avance en sus métodos y objetivos.

La llegada de Zelaya a Honduras, rompió con la imagen que durante las últimas semanas se estaba proyectando por los golpistas a la opinión internacional: "aquí no pasa nada... estamos en paz... caminando... regresamos a la normalidad...". El pueblo, la resistencia hondureña, no ha dejado de luchar y presionar para que se dé la salida del poder de los golpistas. Las acciones y los discursos contradictorios de Micheletti y el grupo golpista, es permanente; las acciones represivas continúan y van en aumento ante los discursos ineficaces de la comunidad internacional.